La perle et le grain de sable. Traumatisme et fonctionnement mental
Jacques Press
Lausanne – París: Delachaux et Niestlé, 1999
[Text in Spanish]: El libro de Jacques Press —suizo, psicoanalista y psicosomatólogo, miembro del IPSO y de la Association Geneveoise de Psychosomatique (AGEPSO)— se inscribe en la corriente del psicoanálisis freudiano que estudia la vertiente intrapsíquica del traumatismo. También, en la tradición de los psicosomatólogos de la escuela de París quienes piensan que es la calidad del funcionamiento psíquico lo que protege de la somatización. De capital importancia aquí, como se verá a lo largo de todo el volumen, es la enseñanza de Pierre Marty de que el efecto importante del traumatismo no es la creación de una defensa psíquica, sino la desaparición de un funcionamiento mental.
Si esta obra fuera una narración literaria, el planteamiento estaría representado por los cuatro primeros capítulos, dedicados a analizar y desarrollar la noción de percepción partiendo de la obra de Freud, el nudo correspondería a los capítulos 5 y 6, donde se halla expuesta su concepción del traumatismo y se diferencia la neurosis traumática del estado traumático, y los desenlaces tendrían que ver con las consecuencias del estado traumático sobre el dormir y el soñar (capítulos 7 a 9), las defensas (capítulos 10 y 11) y, finalmente, el pensamiento (capítulos 12 y 13).
Freud aborda en su obra el tema de la percepción desde dos ángulos bien diferenciados. En el primero, expuesto de manera acabada en La interpretación de los sueños, toda la cuestión se centra en saber cómo podrá ser reactivada una huella mnénica, vinculándose así lo perceptivo con lo alucinatorio del sueño mediante la regresión. En el segundo, cuya referencia capital es Más allá del principio del placer, de lo que se trata es de cómo afrontar el aflujo de excitaciones que amenazan desbordar el aparato psíquico, o, lo que es lo mismo, cómo crear las condiciones para que pueda inscribirse una huella. Lo traumático y lo perceptivo quedan instalados así en el origen del psiquismo.
Apoyándose en el artículo de Freud sobre la pizarra mágica, el autor muestra en esta primera sección del libro cómo la percepción es un trabajo psíquico complejo, previo al ensamblaje percepción-representación, que implica la existencia de un inconsciente funcional, capaz a su vez de ser el motor de la temporalidad, es decir, de la discontinuidad. Se desemboca así en la noción de que existe una multiplicidad de modalidades perceptivas: a) las que conciernen y modelan al yo (percepción sensorial, percepción del interior del cuerpo y percepción endopsíquica); b) el funcionamiento perceptivo del ello (independiente de la conciencia); 3) un nivel de inscripción corporal no psíquico pero que influye en el psiquismo y 4) la percepción del tiempo, que implica una colaboración entre instancias.
La segunda sección se ocupa del traumatismo y sus efectos. La ausencia del objeto enfrenta al sujeto a lo irrepresentable y desencadena el esfuerzo por la figuración, la representación, el pensamiento. Pero en el seno mismo de este trabajo, parece existir una negativización de la ausencia, un déni. Cuando el nieto de Freud juega a desaparecer y reaparecer frente al espejo, parece decir: «Puedo hacer desaparecer la imagen del espejo a voluntad, pero yo no desaparezco, permanezco. Lo que desaparece no es entonces yo mismo, sino una imagen. ¿Podría ser que ocurriera lo mismo cuando desaparece el objeto?» El juego mismo parece ser tanto el reconocimiento (puesto que se pone en marcha ante la ausencia), como la negación de la pérdida del objeto. Para Jacques Press lo que está en juego es la imposibilidad de figurar la propia desaparición. Hay un doble movimiento, pues, que marca toda actividad de pensamiento y que constituye su fundamento traumático: toda actividad de pensamiento supone un intento de controlar la excitación intolerable que hace emerger la ausencia del objeto y, al mismo tiempo, un movimiento de […]
Carlos Sánchez leave a comment