[Text in Spanish]: La publicación del excelente trabajo de Eduardo Braier sobre Destructividad, repetición e identificaciones primarias (del que en este número aparece la segunda parte) me da pie para lanzar algunas reflexiones sobre trauma psíquico y repetición, temas ambos que centran buena parte del citado artículo.
El concepto de trauma psíquico es, a partir de los primeros estudios de Freud (1895) sobre la histeria, uno de los más emblemáticos del psicoanálisis. Sucede sin embargo, como todo el mundo sabe, que a raíz de la famosa Carta 69 Freud desvió su interés del trauma, como acontecimiento real y fechable capaz de ejercer un efecto patógeno, para centrarlo en el fantasma. Este significativo avatar de la historia de la teoría determinó la producción de todo un voluminoso cuerpo doctrinal que ha tenido sus desarrollos más brillantes en la escuela lacaniana, y su campo de aplicación más fértil en la clínica de las psiconeurosis de transferencia. Sin embargo, tal como traté de mostrar en un artículo anterior (Sales, 2001) —que, por cierto, Braier tiene a bien citar—, la introducción por Freud del concepto de narcisismo en la teoría trajo como secuela la revolución de 1920, el llamado «giro del 20». Soy del parecer —y así lo defendía en el citado artículo— que la aportación esencial de Más allá del principio de placer (Freud, 1920) no la hemos de ver en la introducción de la pulsión de muerte, ni siquiera en el concepto de compulsión de repetición (luego volveré sobre esto), sino justamente en el hecho de que Freud se viera compelido a retomar y retrabajar nuevamente el concepto de trauma psíquico. Porque la mención de las neurosis traumáticas en Más allá no es ni ocasional ni aislada; por el contrario, sabemos que la nueva concepción del trauma seguirá dando trabajo a Freud en Inhibición, síntoma y angustia (1926) y en Moisés y la religión monoteísta (1939), por citar sólo dos de las obras más importantes de la última etapa. Y lo interesante es percibir el cambio de enfoque con que Freud aborda el trauma: ya no se trata tanto de los efectos de un acontecimiento en sí, sino más bien, de hasta […]
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