[Text in Spanish]: En la presentación del primer número de Intercanvis, Ramón Riera y Anna Segura decían que probablemente muchos trabajos e investigaciones serían más creativos si fuesen publicados en un contexto menos superyoico que el existente en la mayoría de las revistas e instituciones psicoanalíticas (Riera y Segura, 1999). Precisamente quiero destacar en este comentario la creatividad y libertad que se respira en «El pensamiento fílmico» (Segura, A., 1999). Se trata de un trabajo actual, riguroso, polémico, una investigación aun abierta que invita a ser continuada. Creo que estas cualidades lo convierten en un material especialmente adecuado para el diálogo y la reflexión, en suma para el intercambio…
Tuve la oportunidad de seguir de cerca el proceso de elaboración de este trabajo, y desde esta perspectiva personal quisiera centrarme en algunas secuencias de este recorrido.
«El análisis de algunos individuos (que dicen pensar cinematográficamente) me ha llevado a cuestionarme cómo pensamos.» Frase inicial que en pocas palabras anuncia un gran salto, prudente pero audaz, desde la observación clínica a la interrogación teórica compleja.
El punto de partida es la práctica diaria, «el trato con enfermos» que diría Freud, es la única fuente de las «impresiones acumuladas a partir de las cuales desarrollamos nuestras teorías». (Freud, 1933).
En la prehistoria de este artículo recuerdo algunas charlas con la autora en las que me comentaba sus «impresiones» acerca de la dificultad detectada en algunos pacientes para la comunicación verbal. Durante la sesión, la atención flotante le permitió escuchar un silencio especial y un cierto saber clínico la llevó preguntarse por lo que «pasa por la cabeza del paciente». Resulta que hay pacientes que «se pasan la película», o que necesitan su propia banda sonora, o que no saben decir lo que piensan.
Afortunadamente estas situaciones clínicas estimularon su curiosidad. Fuera de las sesiones se pone en marcha esa otra escucha que permite, por una parte, detectar aquellos factores comunes presentes en la enorme diversidad de material; por otra, abrir paso a preguntas nuevas en las fronteras de lo ya conocido y repetido.
Las preguntas que se —y nos— formula Anna Segura no son pocas ni mucho menos ingenuas. «¿Cómo pensamos, con qué tipo de material psíquico: palabras, imágenes, signos?» «¿Qué ocurre en el pensamiento fílmico?» «¿Podemos hablar de por lo menos dos tipos de pensamiento conciente-preconciente: uno fílmico compuesto por imágenes en movimiento (representaciones acción de Widlöcher), como en el sueño, y uno verbal, fundamentado en la palabra y el diálogo interior entre los diferentes objetos o instancias de la mente?» […]
Nota
1. Segura, A. (1999). «El pensamiento fílmico». Intercambios, papeles de psicoanálisis. Nº 2, pp. 44-49.
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