Realizar un retrato de los ponentes, cuando son profesionales tan populares y distinguidos, y cuando en el video y en las ponencias publicadas en el monográfico incluido en la revista número 50 se detallan tantas anécdotas personales y relatos del conocimiento e interacción con el homenajeado Dr. Francesc Tosquelles, es un ejercicio bastante banal, pero vamos a hacerlo para intentar transmitiros el entusiasmo y la ilusión, y alguna anécdota, con las que los ponentes y la junta de la Asociación preparábamos esta memorable jornada de psicoanálisis dedicada a la obra del Dr. Francesc Tosquelles y a su legado.
El primer reto al que nos enfrentábamos la Junta de la Asociación fue la elección de los ponentes. Fuimos discutiendo cuáles eran los diferentes temas que queríamos se abordasen en la jornada y eligiendo cuál pensábamos era el mejor profesional para desarrollar cada tema.
Pero una vez teníamos la lista de los nombres, había que contactar con ellos y consensuar el tema a desarrollar, y eso ya tenía un poquito más de miga.
Todos los ponentes son excelentes profesionales, pero alguno un poco más excéntrico, otro un poco más vehemente, otro un poco más formal, y así podríamos continuar, un reflejo de la vida en general. ¡Con todo nuestro cariño!
Belén, la severa navarra que gusta de indagar el por qué de que la sacara a bailar en su primer encuentro profesional con el homenajeado, sin haber todavía llegado a una conclusión firme, es tan profesional como poco vanidosa. En un principio se alegró mucho del evento y nos dijo que le hacía mucha ilusión pero que no se veía capaz de glosar al maestro. Su profundo conocimiento de la práctica profesional del homenajeado y de su calado o no en nuestras instituciones de salud mental eran méritos más que suficientes para su participación. Pulcra y puntual, nos envió una fotografía vestida de etiqueta en una lujosa sala de espejos gigantes. “No me he vestido de etiqueta para salir en la foto” se justificó, es una foto sacada en la ópera de Viena, una tarde después de visitar el estudio de Freud. ¡Entre maestros anda el tema!
Fernando, siempre dispuesto, nos dijo inmediatamente que sí. Entre digresiones sobre su deseo narcisista de hablar en público sobre Tosquelles y su convicción de que la obra de Tosquelles merece ser divulgada profusamente, fue avanzando la trama de su discurso alrededor de la necesidad de reconocer la singularidad del otro para que algo funcione, una tesis muy tosqueliana. Siempre dejando para el final los trámites burocráticos, más deseoso de entrar en el intríngulis del discurso. Su foto de perfil nos muestra un Fernando en su estudio entre libros, con pose sonriente mientras nos cuenta una anécdota más de su amigo y maestro.
Tratar con Jacques es un poco surrealista, desde la anécdota que nos envió la ponencia para publicar en un escrito garabateado a mano y en francés, ininteligible por la letra, minúscula de tamaño estilo médico de antes de los ordenadores, hasta la sorpresa que tuvimos cuando le solicitamos una fotografía para incluir en su perfil y, tras comentarnos “Tengo una cuando mis 4 o 5 años, con un calzoncillo ridículo ¡Me parece que no puede convenir!”, nos envía dos fotos, una de él bebé de espaldas y en brazos de un adulto al que no se le ve el rostro y la cara de él bebé reflejada en un espejo, la otra de él adulto con el torso desnudo emergiendo de una concha de molusco gigante. ¡No tiene desperdicio! 😉. Ser hijo de una gran personalidad pública suele ser difícil, y hablar de tu propio padre, incluso obsceno (en palabras del propio Jacques). Entre viajes a Cuba fuimos perfilando el desarrollo de la ponencia y nos fue avanzando su discurso sobre cómo se expresa el sujeto que padece. Una delicia.
Pere, el profesional meticuloso y abnegado que ya disfruta de una merecida jubilación recién estrenada y se dedica ahora a recopilar la historia de la evolución de las instituciones de salud mental, era la persona idónea para relatar la evolución de la psicoterapia comunitaria y su influencia en nuestras instituciones y el cuerpo médico en general, centrándose en la infancia segregada. Una gran profusión de historia y conceptos que han necesitado de mucha tijera para adaptarse al tiempo y el espacio disponible. Le solicitamos una foto y nos la manda de inmediato, donde se le ve relajado en el jardín de una de las instituciones donde ha estado trabajando. Todo profesional, nada personal, hasta que trata de la frontera epistemológica y de la idiatrogenia, cuando entona un mea culpa por no haber podido contribuir más a limitar la reproducción de los modelos defensivos de las propias instituciones, una labor inacabada que ahora reivindica desde otro ámbito.
Miquel, rememora aquella tarde de verano de 1983 cuando contactó por primera vez con el homenajeado. Cualquiera hubiese pensado que su foto de perfil también sería en bañador para conmemorar la fecha, sin embargo, luce un traje de alpaca y una pose solemne en el atrio de lo que parece ser su consulta. La preparación del discurso se va construyendo a partir de textos literarios de ferrater y también de weiss, improvisa en el propio acto. Sin pedantería, lanza un “y los que conozcan el texto de Freud ya saben de qué hablo”. Quizás su filiación lacaniana le lleva a encumbrar la primera aproximación del homenajeado a la tesis de Lacan en 1932, la cual ya desempeñó entonces una función transformadora. El deseo intranquilo, esas pequeñas bombas de las que hablaba el homenajeado, y este ser “tan extranjero en el extranjero como en su propia casa”, urden la trama de un discurso que finalmente tuvo que terminar declamando a oscuras, debido a un apagón de luz en toda la manzana donde se celebraba el acto.
