El encuentro de Antonio Machado y Leonor Izquierdo en Soria, en 1907, no tuvo, a pesar de la edad, nada de extraordinario. Se conocieron seguramente en la pensión de Collado, 54. Ella estaba allí empadronada y esa fue también la primera pensión de Antonio Machado. Al margen de la noticia de su boda, de su viaje a París, de su enfermedad, sabemos poco más de su biografía. La intimidad entre ellos quedó siempre preservada. Su enfermedad y muerte, sin embargo, llevaron a Antonio Machado a dar a Leonor la visibilidad que pusiera de relieve su trascendencia y su compromiso sólido entre ellos, y las sencillas cualidades de su personalidad.
La musa de Machado no fue Leonor, a nuestro juicio, sino el pueblo sencillo de Soria. Leonor fue su mujer, su igual, visible para él, en su vida y en su obra. El ser humano que junto a otro ser humano conformaron, durante un tiempo breve, un espacio en el que reinó el respeto y el amor.
Palabras clave:
Leonor, Soria, Collado, Machado, pueblo, visibilidad
Jesús Bozal Alfaro déjale un comentario