Por qué vemos dinosaurios en las nubes

Por qué vemos dinosaurios en las nubes
De las sensaciones a los modelos organizadores del pensamiento
Monserrat Moreno Marimon y Genoveva Sastre Vilarrasa
Barcelona: Editorial Gedisa, 2020

«Vemos lo que sabemos», dicen las autoras. Y sí, infinidad de veces hemos constatado como, ante unos mismos hechos, las personas captan e interpretan cosas bien distintas.

La realidad que intentamos conocer no es tal, sino es nuestro pensamiento el responsable de establecer relaciones entre los datos que disponemos, combinar ideas y sentimientos y construir modelos que proyectamos al mundo exterior. Por lo que aquello que cada sujeto entiende por realidad es fruto de sus conocimientos y convicciones y esta realidad se modificará a la vez que evolucionen y cambien dichos conocimientos.

El ser humano se constituye poniendo en juego su bagaje biológico en interrelación constante y permanente con su entorno familiar —marcado por la historia y sus características sociales y culturales—. En estas condiciones se va configurando a través de las sensaciones, percepciones, representaciones y emociones que acontecen en el trascurso de su vida.

Así pues, cuerpo, inteligencia y afectividad evolucionan siempre de manera integrada, en estrecha relación, como un todo, a pesar de que normalmente se presenten estas tres dimensiones parceladas, por inercias o en aras a facilitar su estudio.

La teoría de los modelos organizadores del pensamiento

Nos dice que interiorizamos el mundo exterior a través de la construcción de modelos organizadores.

El acto de conocer consiste en in-corporar algo que está fuera de nosotros, haciendo que se transforme en algo propio. Este conocer supone apropiarnos de las sensaciones que los objetos y las situaciones nos producen, tanto perceptivas —visuales, olfativas, etc.— como las ocasionadas por los cambios que se operan en nuestro organismo derivados de las emociones que dichas sensaciones provocan. Pensamos con todo el cuerpo, porque todo él interviene en el acto de pensar.

Las sensaciones seleccionadas, organizadas y cargadas de significado se conservan en nuestra memoria como representaciones.

Estas representaciones mentales o imágenes no están tal cual, en ninguna parte determinada de nuestro cerebro, son procesos realizados con anterioridad que se reconstruyen cada vez que pensamos. La hipótesis sería que «la organización que coordina determinadas conexiones sinápticas no desaparece después de su creación —después de construir un modelo organizador—, sino que se mantiene en la memoria junto a los demás elementos del modelo».

Al recordar actualizamos conjuntos de antiguas sensaciones, no sensaciones aisladas. Por lo que nos vienen a la memoria distintos elementos relacionados con lo que rememoramos. Si es algo agradable o penoso, provocará en nosotros estados de ánimo y sensaciones […]

Joana Hernández
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