Sobre «Del ideal del yo y de la transferencia» de Jorge R. Aragonés

Aragonés nos muestra cómo en la obra de Freud se puede ir rastreando un cuerpo teórico que se corresponde con un modelo que podríamos llamar “modelo narcisista” que contrasta con el clásico modelo pulsional, y que es mucho menos conocido que este último. Que en clínica sea este “modelo narcisista” el que nos ayude en la comprensión y organización del material que aporta el paciente (en concreto la transferencia) en detrimento del modelo pulsional, hace que nuestra práctica adquiera un enfoque significativamente distinto, que bajo mi punto de vista enriquece nuestra capacidad terapéutica. Intentaré de la forma más concisa posible desarrollar esta idea, apoyándome en ciertos pasajes del artículo de Aragonés.

Partiré de la metáfora del teatro que Aragonés utiliza para exponer la coexistencia en Freud de los dos modelos distintos: en el mismo escenario de la obra freudiana, “en un ángulo se representa el origen del hombre a partir de un niño ‘perverso polimorfo’; en otro cuadro el origen era a partir de un niño maravilloso en un Belén”. Miremos de continuar con esta metáfora: estamos en nuestro consultorio a la espera de un paciente, e inevitablemente tenemos ya en nuestra mente una cierta preconcepción del tipo de personaje que entrará por la puerta. Así puede que estemos esperando un perverso polimorfo necesitado de que el análisis le ayude a organizar su vida pulsional de una manera más acorde al principio de realidad, o puede que estemos esperando un bebé necesitado de un Belén que le acoja, que le valore, que reconozca y acepte sus afectos, que le ayude a articular simbólicamente su realidad afectiva. Este Belén, utilizando las palabras de Aragonés, “es el capital que da la bienvenida al bebé, un caudal insustituible, esencial, que el yo tendrá que administrar durante el desarrollo psicosexual. Y el resto de su vida.” Digamos de paso que es fácil que acabemos encontrando (alguien podría decir fabricando) finalmente el tipo de paciente que previamente habíamos preconcebido.

Se podría postular que los dos modelos no son excluyentes, o que cada uno de los modelos corresponde a categorías diagnósticas distintas, o que cada uno estará indicado en función del momento evolutivo etcétera. Ahora bien, la idea básica que […]

Ramon Riera
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